Yael

Mi estancia en Sevilla fue, sin duda, una experiencia inolvidable que tuvo un poco de todo.
Tuve la fortuna de contar con un excelente servicio en cuanto a la renta de pisos, lo cual me brindó seguridad y tranquilidad durante los seis meses que viví ahí. 

Desde mi llegada al país, experimenté un cambio radical: nuevas costumbres, paisajes, sabores y personas que jamás pensé conocer.

La bienvenida no pudo ser mejor: Enrique y su mamá me recibieron con una calidez extraordinaria. Su atención y amabilidad hicieron que, pese a estar a miles de kilómetros de casa, nunca me sintiera sola.

Supieron comprender y acompañar mis procesos de adaptación, desde situaciones sencillas como el cambio de moneda hasta los retos más personales, siempre confiando en mí.

En lo personal, procuré cuidar el piso y valorar todo lo que se me brindó, asegurándome de mantenerlo siempre en buenas condiciones.

Además, tuve la suerte de compartir esta experiencia con Gaby, mi compañera de piso y amiga de la universidad en México, con quien logré compaginar perfectamente. Junto con Enrique, formamos un pequeño círculo de apoyo que me hizo sentir en familia.

El piso contaba con todo lo necesario para que mi prioridad fuera concentrarme en mis estudios universitarios. 
Sevilla, por su parte, me regaló una atmósfera única: una ciudad segura, cálida, acogedora, llena de vida y con una riqueza gastronómica que conquista a cualquiera.

Agradezco profundamente los consejos que Enrique nos dio con respecto a la ciudad, quien estuvo presente incluso en los momentos más difíciles, como aquella ocasión en que un episodio de estrés me llevó al hospital y él no dudó en acompañarme. Cuando les contaba a mis amigas de la universidad sobre la ubicación del piso, la atención recibida y lo bien que me sentía ahí, todas coincidían en decir: “¡Tuviste muchísima suerte de encontrar un lugar y un casero así!”.

En resumen, Sevilla me dejó miles de experiencias que siempre recordaré. Mi único consejo para quienes vivan algo parecido es mantenerse abiertos al diálogo, hablar con sinceridad y aprovechar cada oportunidad que se presente.